No sabemos si Adam Smith, antes filósofo que economista,
en el siglo XVIII, hubiera sido capaz de diagnosticar cómo sería la economía
actual, más basada en los intereses particulares que en el interés común,
beneficio de muy pocos frente a perjuicios de muchos.
Una mirada al panorama de actualidad dibuja unas líneas
económicas activas que corroboran las palabras de Joan Antoni Melé cuando dice
que hemos perdido de vista al propio ser humano
y a la Tierra, dejando en el centro de la vida el interés por el
beneficio económico. Y así parece que nos urge esta obsesión
por el beneficio inmediato, a corto plazo sin ser capaces de lanzar la mirada
hacia un horizonte que se va dibujando de forma lenta.
Vivimos contradicciones, grandes contradicciones. Mientras enormes capitales circulan buscando el interés a la sombra de la prima de
riesgo, la pobreza, con cara de infancia, va creciendo y creciendo. El último informe
de UNICEF
La infancia En España. El impacto de la
crisis en los niños da datos especialmente preocupantes: en solo
dos años hay casi
205.000 niños más que viven
en hogares por debajo del umbral de la pobreza.
En medio de esta historia, de este contexto, trabajamos las
entidades sociales de los barrios, entre ellas las que forman parte de la red de Coordinadora Infantil y Juvenil de Tiempo Libre de Vallecas. Y trabajamos duro paliando las asimetrías sociales.
Somos conscientes de nuestra capacidad de transformación, del conocimiento que
tenemos de la situación de los barrios. Seguimos creyendo que es posible
darle la vuelta a esta economía tenaz en su acento insolidario. Brindamos y trabajamos por una sociedad que se
implica, se preocupa, actúa y le da color a la vida.